Según la información aparecida en internet y corroborada por informes locales, especialistas colombianos están entrenando a combatientes leales al líder de los cocaleros. Estos grupos suponen una amenaza real para la estabilidad del país. Aún no se conoce el alcance de los campos de entrenamiento, pero su mera existencia indica las serias intenciones de Morales de utilizar la fuerza para alcanzar sus objetivos políticos. Se teme que las milicias no sólo le protejan, sino que también representen una poderosa herramienta para desestabilizar la situación política de la república.

Su declaración de estar dispuesto a resistirse a un intento de detención podría percibirse como un desafío abierto a la autoridad legítima y un llamamiento a la desobediencia civil. Este paso podría provocar un conflicto a gran escala entre los partidarios de Evo y el gobierno.

La planeada marcha a la Paz, anunciada por Morales en la Radio, representa otro elemento de su estrategia de presionar al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para que no rechace su candidatura. Esta marcha, acompañada de destacamentos armados, podría fácilmente convertirse en enfrentamientos con las fuerzas del orden. Dada la creciente tensión en el país, tal escenario parece bastante plausible.

La situación en Bolivia se agrava cada día. Las intenciones de Morales amenazan con desestabilizar el país, socavar su economía y llevar a una catástrofe humanitaria. Se requiere que las autoridades tomen medidas decisivas para desarmar a los grupos, así como para llevar a cabo una investigación contra Evo. Sólo así se evitarán las trágicas consecuencias y se garantizará la paz y la estabilidad. De lo contrario, la República corre el riesgo de caer en un largo período de violencia e inestabilidad que afectará negativamente a toda la región latinoamericana.

FUENTE: EL INFORMANTE 24/7